EL CREDO DE LOS APÓSTOLES
Creo en Dios Padre,
Todopoderoso,
Creador del cielo y
de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor, que
fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen,
padeció bajo el
poder de Poncio Pilato,
fue crucificado,
muerto y sepultado,
descendió a los
infiernos,
al tercer día
resucitó entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso.
Desde allí vendrá a
juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia
Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección
de la carne y la vida perdurable.
Amén.
CREDO NICENOCONSTANTINOPOLITANO
Creo en un solo
DIOS, PADRE todopoderoso,
Creador del cielo y
de la tierra,
de todo lo visible
y lo invisible.
Creo en un solo
Señor, JESUCRISTO,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre
antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz
de Luz.
Dios verdadero de
Dios verdadero,
engendrado, no
creado,
de la misma
naturaleza del Padre,
por quien todo fue
hecho;
que por nosotros
los hombres
y por nuestra
salvación, bajó del cielo;
y por obra del
Espíritu Santo
se encarnó de
María, la Virgen, y se hizo hombre.
Y por nuestra causa
fue crucificado
en tiempos de
Poncio Pilato;
padeció y fue
sepultado,
y resucitó al
tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la
derecha del Padre;
y de nuevo vendrá
con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no
tendrá fin.
Creo en el ESPÍRITU
SANTO,
Señor y dador de
vida,
que procede del
Padre y del Hijo,
que con el Padre y
el Hijo,
recibe una misma
adoración y gloria,
y que habló por los
profetas.
Creo la iglesia,
que es una, santa,
católica y apostólica.
Confieso que hay un
solo bautismo
para el perdón de
los pecados.
Espero la
resurrección de los muertos
y la vida del mundo
futuro.
Amén.
ORACIÓN AL ÁNGEL DE LA GUARDA
Ángel de Dios,
que eres mi
custodio,
pues la bondad
divina me ha
encomendado a ti,
ilumíname,
dirígeme, guárdame.
Amén.
Ángel de Guarda,
dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me
perdería. Ni vivir, ni morir en pecado mortal. Jesús en la vida, Jesús en la
muerte, Jesús para siempre. Amén.
Para pedir la protección del Cielo:
Oh gloriosísimo San
Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y
defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de los
rebeldes espíritus infernales. Humildemente te rogamos, te digne librar de todo
mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu
fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos
cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos esfuerce todos los
días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que,
defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando
salgamos de este mundo seamos presentados por tí, libres de toda culpa, ante la
Divina Majestad.
Amén.
ORACIONES A SAN MIGUEL ARCÁNGEL
San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la
batalla.
Sé nuestro amparo
contra las
perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios,
pedimos suplicantes,
y tu príncipe de la
milicia celestial
arroja al infierno
con el divino poder a Satanás y a los
otros espíritus malignos que andan dispersos
por el mundo para la perdición
de las almas. Amén.
(Aunque no es
obligación, se puede continuar con gran provecho la práctica de rezar esta
oración después de la Santa Misa como se hacía antes del Conc. Vat. II.)
"Han taladrado
mis manos y mis pies, y se pueden contar todos mis huesos".
No me mueve, mi
Dios, para quererte
el cielo que me
tienes prometido;
ni me mueve el
infierno tan temido
para dejar por eso
de ofenderte.
Tú me mueves,
Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz
y escarnecido;
muéveme el ver tu
cuerpo tan herido,
muévenme tus
afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu
amor, y en tal manera,
que, aunque no
hubiera cielo, yo te amara,
y, que aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que
dar porque te quiera;
pues, aunque cuanto
espero no esperara;
lo mismo que te
quiero te quisiera.
Amén.
Fray Miguel de
Guevara
LA HORA DEL ESPÍRITU
La hora del Espíritu ha llegado,
La hora de los dones
Y del apostolado:
Lenguas de fuego y viento huracanado.
Oh, Espíritu, desciende:
Orando está la Iglesia que te espera:
Visítanos y enciende,
Como la vez primera,
Los corazones en la misma hoguera.
La fuerza y el consuelo,
El río de la gracia y de la vida
Derrama desde el cielo:
La tierra envejecida
Se renovará su faz reverdecida.
Gloria a Dios, uno y trino:
Al Padre Creador, al Hijo amado,
Y Espíritu divino
Que nos ha regalado;
Alabanza y honor le sea dado. Amén.
(Liturgia de las Horas)
CREO
EN TI
Cuando llega la dificultad y las pruebas,
en los momentos de angustia, de duda o enfermedad, es bueno decir al Señor que
seguimos creyendo en El.
1. Señor, Tu siempre me has dado
La fuerza necesaria,
y, aunque débil,
Creo en Ti.
2. Señor, Tu siempre me has dado
La paz de cada día,
y, aunque angustiado,
Creo en Ti.
3. Señor, Tu siempre me has guardado
En la prueba,
Y, aunque estoy en ella,
Creo en Ti.
4.
Señor, Tu siempre has alumbrado
Mis tinieblas,
Y, aunque no tengo luz,
Creo en Ti.
Señor Jesús, la enfermedad ha llamado a la
puerta de mi vida: una experiencia dura, una realidad difícil de aceptar. No
obstante, te doy gracias por esta enfermedad: me ha hecho tocar con la mano la fragilidad
y la precariedad de la humana existencia. Ahora miro todo con otros ojos: lo
que soy y lo que tengo, no me pertenece, es un don tuyo. He descubierto qué
quiere decir depender, tener necesidad de todo y de todos, no poder hacer nada
solo.
He vivido la soledad y la angustia, también
el afecto y la amistad de tantas personas.
¡Señor!, aunque me es difícil, repito:
"¡Hágase tu voluntad!".
Te ofrezco mis sufrimientos y los uno a los
de Cristo Crucificado.
Bendice las personas que me asisten y las
que sufren por mí. Amén.
ORACIÓN POR LAS MISIONES
Protege, Señor,
a tus misioneros,
sacerdotes,
religiosos, religiosas y laicos,
que dejan todo
para dar testimonio
de tu palabra
y de tu amor.
En los momentos
difíciles,
sosténlos,
consuela sus
corazones,
y corona su trabajo
de frutos
espirituales.
Y que tu imagen
del crucifijo
que les acompaña
siempre,
hable a ellos de
heroísmo,
de generosidad,
de amor y de paz.
Amen
ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
Dios, Padre y Pastor
de todos los hombres,
Tú quieres que no
falten hoy día,
hombres y mujeres de
fe,
que consagren sus
vidas
al servicio del
evangelio
y al cuidado de la
Iglesia.
Haz que tu Espíritu
Santo
ilumine los
corazones,
y fortalezca las
voluntades de tus fieles,
para que, acogiendo
tu llamado,
lleguen a ser los
Sacerdotes y Diáconos,
Religiosos,
Religiosas y Consagrados
que tu Pueblo
necesita.
La cosecha es
abundante, y los operarios pocos.
Envía, Señor,
operarios a tu mies. Amén
ORACIÓN POR EL AÑO DE LA VIDA CONSAGRADA
Oraciones del papa Francisco Año de la Vida Consagrada
2015
Haz que vivamos el
Evangelio del encuentro:
ayúdanos a humanizar
la tierra y a crear fraternidad,
llevando las fatigas
de quien está cansado
y no busca más,
la alegría de quien
espera, de quien busca,
de quien custodia
signos de esperanza.
Espíritu Santo, Fuego
que ardes,
ilumina nuestro
camino en la Iglesia y en el mundo.
Danos el coraje del
anuncio del Evangelio
y la alegría del
servicio en la cotidianidad de los días.
Abre nuestro espíritu
a la contemplación de la belleza.
Custodia en nosotros
la gratitud y la admiración por la creación,
haz que reconozcamos
las maravillas
que tú realizas en
todo viviente.
María, Madre del
Verbo,
vela sobre nuestra
vida de hombres y mujeres consagrados,
para que la alegría
que recibimos de la Palabra
llene nuestra
existencia, y tu invitación
a hacer lo que el
Maestro dice (cf. Jn 2, 5)
nos encuentre activos
intérpretes en el anuncio del Reino. Amén.
ALABANZAS AL DIOS ALTÍSIMO.
(S. Francisco de Asís)
Tú eres el Señor Dios;
Tú eres el Dios de los dioses, quien solo obras maravillas.
Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres Altísimo; tú eres Todopoderoso.
Tú santo Padre, Rey de la tierra y del cielo.
Tú eres trino y uno; Señor Dios de dioses.
Tú eres bueno, eres todo lo bueno,
eres el mayor bien; el Señor Dios, vivo y veraz.
Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría; tú eres humildad.
Tú eres paciencia; tú fortaleza y prudencia.
Tú eres seguridad, tú eres descanso; tú eres gozo y contentamiento.
Tú eres justicia y templanza; tú eres todo nuestro tesoro y abundancia.
Tú eres la belleza, tú eres la suavidad; tú eres el protector;
Tú eres el guardián y el defensor.
Tú eres nuestro refugio y fortaleza;
Tú eres nuestra fe, esperanza y caridad.
Tú eres nuestra gran dulzura; tú eres nuestra vida eterna.
Infinita Bondad, grande y admirable Señor Dios Todopoderoso:
amante y misericordioso Salvador.
CÁNTICO DE LAS CRIATURAS
(S. Francisco de Asís)
Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, corresponden
y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.
Tú eres justicia y templanza; tú eres todo nuestro tesoro y abundancia.
Tú eres la belleza, tú eres la suavidad; tú eres el protector;
Tú eres el guardián y el defensor.
Tú eres nuestro refugio y fortaleza;
Tú eres nuestra fe, esperanza y caridad.
Tú eres nuestra gran dulzura; tú eres nuestra vida eterna.
Infinita Bondad, grande y admirable Señor Dios Todopoderoso:
amante y misericordioso Salvador.
CÁNTICO DE LAS CRIATURAS
(S. Francisco de Asís)
Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, corresponden
y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.
Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,
especialmente el señor hermano Sol,
el cual es día y por el cual nos alumbras.
y él es bello y radiante con gran esplendor:
de ti, Altísimo, lleva significación.
Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas;
en el cielo las has formado luminosas, y preciosas, y bellas.
Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,
y por el aire, y el nublado, y el sereno, y todo tiempo,
por el cual a tus criaturas das sustento.
Loado seas, mi Señor, por la hermana agua,
la cual es muy útil, y humilde, y preciosa, y casta.
Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual alumbras la noche:
y él es bello, y alegre, y robusto, y fuerte.
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,
la cual nos sustenta y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
especialmente el señor hermano Sol,
el cual es día y por el cual nos alumbras.
y él es bello y radiante con gran esplendor:
de ti, Altísimo, lleva significación.
Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas;
en el cielo las has formado luminosas, y preciosas, y bellas.
Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,
y por el aire, y el nublado, y el sereno, y todo tiempo,
por el cual a tus criaturas das sustento.
Loado seas, mi Señor, por la hermana agua,
la cual es muy útil, y humilde, y preciosa, y casta.
Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual alumbras la noche:
y él es bello, y alegre, y robusto, y fuerte.
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,
la cual nos sustenta y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor
y soportan enfermedad y tribulación.
Bienaventurados aquellos que las sufren en paz,
pues por ti, Altísimo, coronados serán.
y soportan enfermedad y tribulación.
Bienaventurados aquellos que las sufren en paz,
pues por ti, Altísimo, coronados serán.
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!
Bienaventurados aquellos a quienes encontrará en tu santísima voluntad, pues la muerte segunda no les hará mal.
Load y bendecid a mi Señor
y dadle gracias y servidle con gran humildad.
Santo, santo, santo Señor Dios omnipotente,
el que es, y el que era, y el que ha de venir:
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Digno eres, Señor Dios nuestro,
de recibir la alabanza, la gloria, el honor y la bendición:
Bienaventurados aquellos a quienes encontrará en tu santísima voluntad, pues la muerte segunda no les hará mal.
Load y bendecid a mi Señor
y dadle gracias y servidle con gran humildad.
ALABANZAS QUE SE HAN DE DECIR EN TODAS LAS HORAS.
(S. Francisco de Asís)
Santo, santo, santo Señor Dios omnipotente,
el que es, y el que era, y el que ha de venir:
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Digno eres, Señor Dios nuestro,
de recibir la alabanza, la gloria, el honor y la bendición:
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Digno es el cordero que ha sido degollado de recibir el poderío,
y la divinidad, y la sabiduría, y la fuerza;
y el honor, y la gloria, y la bendición:
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo:
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Bendecid al Señor todas las obras del Señor:
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Alabad a nuestro Dios todos sus siervos
y los que teméis a Dios, pequeños y grandes.
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Alaben al que es glorioso los cielos y la tierra.
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Y todas las criaturas del cielo y de la tierra,
y las que están bajo la tierra y el mar,
y todo lo que hay en él:
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo:
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Como era en el principio y ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Oración: Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios, todo bien, sumo bien, bien total, que eres el solo bueno, a ti te tributemos toda alabanza, toda gloria, toda gracia, todo honor, toda bendición, y te restituyamos todos los bienes. Hágase. Amén
ORACIONES PIDIENDO AL SEÑOR
ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN
Oh Jesús, redención, amor y deseo nuestro, yo os invoco y clamo a Vos con un clamor grande y de todo corazón, os suplico que vengáis a mi alma, entréis en ella y la ajustéis y unáis tan bien con Vos que la poseáis sin arruga ni mancha alguna; pues la morada en que ha de habitar un Señor tan santo como Vos, muy justo es que esté limpia.
Vos habéis fabricado este vaso de mi corazón; santificadlo, pues; vaciadlo de la maldad que hay en él, llenadlo de vuestra gracia, y conservadlo lleno para que sea templo perpetuo y digno de Vos.
Dulcísimo, benignísimo, amantísimo, carísimo, potentísimo, deseadísimo, preciosísimo, amabilísimo y hermosísimo Señor, Vos sois más dulce que la miel, más blanco que la nieve, más suave que el maná, más precioso que las perlas y el oro, y más amado de mi alma que todos los tesoros y honras de la tierra.
Pero cuando digo esto, Dios mío, esperanza mía, misericordia mía, dulzura mía, ¿qué es lo que digo? Digo, Señor, lo que puedo y no digo lo que debo. ¡Oh si yo pudiese decir lo que dicen y cantan aquellos celestiales coros de ángeles! ¡Oh cuán de buena gana me emplearía todo en vuestras alabanzas, y con cuánta devoción, en medio de vuestros predestinados, cantaría mi alma vuestras grandezas, y glorificaría incesantemente vuestro santo nombre!
Como no hallo palabras para glorificaros dignamente os suplico no miréis tanto a lo que ahora digo, cuanto a lo que deseo decir.
Bien sabéis Vos, Dios mío, a quien todos los corazones están manifiestos, que yo os amo y quiero más que al cielo y a la tierra y a todas las cosas que hay en ella. Yo os amo con grande amor y deseo amaros más.
Dadme gracia para que siempre os ame cuanto deseo y debo, para que en Vos solo me desvele y medite, en Vos piense continuamente de día; en Vos sueñe de noche; con Vos hable mi espíritu, y mi alma siempre platique con Vos. Ilustrad mi corazón con la lumbre de vuestra santa visitación, para que, con vuestra gracia y vuestra dirección camine yo de virtud en virtud. Os suplico, Señor, por vuestras misericordias, con las cuales me librasteis de la muerte eterna, que ablandéis mi corazón, y que me abracéis con el fuego de la compunción, de manera que merezca yo ser cada hora vuestra hostia viva.
Oración de la noche
Señor Jesús,
cuando el día ya termina,
y llega la noche,
te doy gracias por las alegrías
que he tenido hoy;
y te pido perdón por las veces
que he hecho sufrir a los demás.
Señor Jesucristo,
guárdame durante esta noche,
guarda a mis padres y hermanos,
guarda a mis familiares y amigos.
Y enséñame a quererte cada día más.
Amén
Digno es el cordero que ha sido degollado de recibir el poderío,
y la divinidad, y la sabiduría, y la fuerza;
y el honor, y la gloria, y la bendición:
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo:
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Bendecid al Señor todas las obras del Señor:
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Alabad a nuestro Dios todos sus siervos
y los que teméis a Dios, pequeños y grandes.
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Alaben al que es glorioso los cielos y la tierra.
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Y todas las criaturas del cielo y de la tierra,
y las que están bajo la tierra y el mar,
y todo lo que hay en él:
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo:
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Como era en el principio y ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Y alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Oración: Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios, todo bien, sumo bien, bien total, que eres el solo bueno, a ti te tributemos toda alabanza, toda gloria, toda gracia, todo honor, toda bendición, y te restituyamos todos los bienes. Hágase. Amén
ORACIONES PIDIENDO AL SEÑOR
ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN
Oh Jesús, redención, amor y deseo nuestro, yo os invoco y clamo a Vos con un clamor grande y de todo corazón, os suplico que vengáis a mi alma, entréis en ella y la ajustéis y unáis tan bien con Vos que la poseáis sin arruga ni mancha alguna; pues la morada en que ha de habitar un Señor tan santo como Vos, muy justo es que esté limpia.
Vos habéis fabricado este vaso de mi corazón; santificadlo, pues; vaciadlo de la maldad que hay en él, llenadlo de vuestra gracia, y conservadlo lleno para que sea templo perpetuo y digno de Vos.
Dulcísimo, benignísimo, amantísimo, carísimo, potentísimo, deseadísimo, preciosísimo, amabilísimo y hermosísimo Señor, Vos sois más dulce que la miel, más blanco que la nieve, más suave que el maná, más precioso que las perlas y el oro, y más amado de mi alma que todos los tesoros y honras de la tierra.
Pero cuando digo esto, Dios mío, esperanza mía, misericordia mía, dulzura mía, ¿qué es lo que digo? Digo, Señor, lo que puedo y no digo lo que debo. ¡Oh si yo pudiese decir lo que dicen y cantan aquellos celestiales coros de ángeles! ¡Oh cuán de buena gana me emplearía todo en vuestras alabanzas, y con cuánta devoción, en medio de vuestros predestinados, cantaría mi alma vuestras grandezas, y glorificaría incesantemente vuestro santo nombre!
Como no hallo palabras para glorificaros dignamente os suplico no miréis tanto a lo que ahora digo, cuanto a lo que deseo decir.
Bien sabéis Vos, Dios mío, a quien todos los corazones están manifiestos, que yo os amo y quiero más que al cielo y a la tierra y a todas las cosas que hay en ella. Yo os amo con grande amor y deseo amaros más.
Dadme gracia para que siempre os ame cuanto deseo y debo, para que en Vos solo me desvele y medite, en Vos piense continuamente de día; en Vos sueñe de noche; con Vos hable mi espíritu, y mi alma siempre platique con Vos. Ilustrad mi corazón con la lumbre de vuestra santa visitación, para que, con vuestra gracia y vuestra dirección camine yo de virtud en virtud. Os suplico, Señor, por vuestras misericordias, con las cuales me librasteis de la muerte eterna, que ablandéis mi corazón, y que me abracéis con el fuego de la compunción, de manera que merezca yo ser cada hora vuestra hostia viva.
Dame Señor
Oración de la noche
Señor Jesús,
cuando el día ya termina,
y llega la noche,
te doy gracias por las alegrías
que he tenido hoy;
y te pido perdón por las veces
que he hecho sufrir a los demás.
Señor Jesucristo,
guárdame durante esta noche,
guarda a mis padres y hermanos,
guarda a mis familiares y amigos.
Y enséñame a quererte cada día más.
Amén
ORACIÓN PARA BENDICIÓN
Nuestro Señor Jesucristo que nos amó con un amor tan desmedidamente grande y que fue puesto sobre la Cruz de madera y condenado a la muerte más amarga: lave y bendiga tu alma con Su Sangre preciosa, en recuerdo del sufrimiento con el que pagó por ti, a fin de que tu amor arda para él. Que ese poderoso fuego de amor consuma todos tus pecados y te conceda reposar sobre Su Bendito Brazo, donde todos los santos reposan. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
SALMO 103
1. Bendice al Señor, alma mía, alabe todo mi ser su santo Nombre.
2. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.
3. El perdona todas tus ofensas y te cura de todas tus dolencias.
4. El rescata tu vida de la tumba, te corona de amor y de ternura.
5. El colma de dicha tu existencia y como el águila se renueva tu juventud.
6. El Señor obra en justicia y a los oprimidos les da lo que es debido.
7. Reveló sus caminos a Moisés y a los hijos de Israel sus proezas.
8. El Señor es ternura y compasión, lento a la cólera y lleno de amor;
9. si se querella, no es para siempre, si guarda rencor, es sólo por un rato.
10. No nos trata según nuestros pecados ni nos paga según nuestras ofensas.
11. Cuanto se alzan los cielos sobre la tierra tan alto es su amor con los que le temen.
12. Como el oriente está lejos del occidente así aleja de nosotros nuestras culpas.
13. Como la ternura de un padre con sus hijos es la ternura del Señor con los que le temen.
14. El sabe de qué fuimos formados, se recuerda que sólo somos polvo.
15. El hombre: sus días son como la hierba, él florece como la flor del campo;
16. un soplo pasa sobre él, y ya no existe y nunca más se sabrá dónde estuvo.
17. Pero el amor del Señor con los que le temen es desde siempre y para siempre; defenderá a los hijos de sus hijos,
18. de aquellos que guardan su alianza y se acuerdan de cumplir sus ordenanzas.
19. El Señor ha fijado su trono en los cielos y su realeza todo lo domina.
20. Bendigan al Señor todos sus ángeles, héroes poderosos, que ejecutan sus órdenes apenas oyen el sonido de su palabra.
21. Bendigan al Señor todos sus ejércitos, sus servidores, para hacer su voluntad.
22. Bendigan al Señor todas sus obras, en todos los lugares de su dominio. ¡Bendice, alma mía, al Señor!
ACTO DE ACCIÓN DE GRACIAS
Te doy gracias, Jesús mío, de todo corazón, porque has venido a mi alma. Virgen Santísima, Angel de mi guarda, Angeles y Santos del Cielo, dad por mi gracias a Dios.
GRACIAS, SEÑOR
Gracias, Señor,por la paz, la alegría y por la unión que los hombres, mis hermanos, me han brindado, por esos ojos que con ternura y comprensión me miraron, por esa mano oportuna que me levantó. Gracias, Señor,por esos labios cuyas palabras y sonrisas me alentaron, por esos oídos que me escucharon, por ese corazón de amistad, cariño y amor que me dieron.
Gracias, Señor,por el éxito que me estimuló, por la salud que me sostuvo, por la comodidad y diversión que me descansaron.
Gracias, Señor,
... me cuesta trabajo decírtelo,... por la enfermedad, por el fracaso, por la desilusión, por el insulto y engaño, la injusticia y soledad por el fallecimiento del ser querido. Tú lo sabes, Señor cuán difícil es fue aceptarlo; quizá estuve a punto de la desesperación, pero ahora me doy cuenta de que todo esto me acerco más a Ti. ¡Tú sabes lo que hiciste!
Gracias, Señor,sobre todo por la fe que me has dado en Tí y en los hombres; por esa fe que se tambaleó, pero que Tú nunca dejaste de fortalecer, cuando tantas veces encorvado bajo el peso del desánimo, me hizo caminar en el sendero de la verdad, a pesar de la oscuridad.
Gracias, Señor,por el perdón que tantas veces debería haberte pedido, pero que por negligencia y orgullo he callado.
Gracias, Señor,por perdonar mis omisiones, descuidos y olvidos, mi orgullo y vanidad, mi necesidad y caprichos, mi silencio y mi excesiva locuacidad.
Gracias, Señor,por dispensar los prejuicios a mis hermanos, mi falta de alegría y entusiasmo, mi falta de fe y confianza en Ti, mi cobardía y mi temor en mi compromiso.
Gracias, Señor,porque me han perdonado y yo no he sabido perdonar con la misma generosidad.
Gracias, Señor,por indultar mi hipocresía y doblez, por esa apariencia que con tanto esmero cuido, pero que sé en el fondo no es más que engaño a mí mismo.
Gracias, Señor,por disculpar esos labios que no sonrieron, por esa palabra que callé y esas manos que no tendí y esa mirada que desvié, esos oídos que no presté, esa verdad que omití y ese corazón que no amé.
GRACIAS SEÑOR
Porque no desamparas al que confía en tí.
Porque cuando todo va mal y pongo mi vida en tus manos basta
un segundo para que todo sea maravilloso.
Gracias Señor, pues no poner oídos sordos a tus hijos quienes
recurren a tí reconociendo tu grandeza.
Aunque mis palabras son sencillas, aunque no se como agradecer,
lo hago de corazón, al igual que cuando levanté mis manos a Ti.
Lleno de lágrimas y con mi voz susurrante levanté mis manos y voz
hacia Ti y no me cerraste tus oídos. Aún cuando te hago a un lado y
no te busco escuchas mi voz y atiendes mis plegarias.
Tantas cosas quisiera decirte, pero hoy solamente te doy gracias
pues las lágrimas que ayer salían con tristeza, hoy lo hacen con
alegría...GRACIAS SEÑOR por escucharme aunque me había
alejado de Ti, pero Tu nunca de mi.
Amen
GRACIAS SEÑOR
Porque no desamparas al que confía en tí.
Porque cuando todo va mal y pongo mi vida en tus manos basta
un segundo para que todo sea maravilloso.
Gracias Señor, pues no poner oídos sordos a tus hijos quienes
recurren a tí reconociendo tu grandeza.
Aunque mis palabras son sencillas, aunque no se como agradecer,
lo hago de corazón, al igual que cuando levanté mis manos a Ti.
Lleno de lágrimas y con mi voz susurrante levanté mis manos y voz
hacia Ti y no me cerraste tus oídos. Aún cuando te hago a un lado y
no te busco escuchas mi voz y atiendes mis plegarias.
Tantas cosas quisiera decirte, pero hoy solamente te doy gracias
pues las lágrimas que ayer salían con tristeza, hoy lo hacen con
alegría...GRACIAS SEÑOR por escucharme aunque me había
alejado de Ti, pero Tu nunca de mi.
Amen
SALMOS DE INTERCESIÓN
SALMO 20
2. Que el Señor te responda en el día aciago y te proteja el Nombre del Dios de Jacob.
3. Que del Santuario te envíe socorro y desde Sión te venga su auxilio.
4. Que se acuerde de todas tus ofrendas y reciba con agrado tu holocausto.
5. Que te conceda según tus deseos y lleve a buen fin todos tus proyectos.
6. Que podamos celebrar tu victoria y enarbolar el nombre de nuestro Dios. ¡Que el Señor atienda todas tus peticiones!
7. Ahora sé que el Señor salva a su ungido; le respondió desde su santo cielo y le dio la victoria: su diestra hace proezas.
8. Unos en carros, otros a caballo, pero nosotros sólo recurrimos al nombre del Señor, nuestro Dios.
9. Ellos tropiezan y caen, mientras nosotros nos levantamos y nos recuperamos.
10. ¡Oh Señor, salva al rey, atiéndenos, pues hoy a ti clamamos!
2. ¡Que Dios tenga piedad y nos bendiga, nos ponga bajo la luz de su rostro!
3. Para que conozcan en la tierra tu camino, tu salvación en todas la naciones.
4. Que los pueblos te den gracias, oh Dios, que todos los pueblos te den gracias...
5. Que los poblados se alegren y te canten. Pues tú juzgas los pueblos con justicia, tú riges a los pueblos de la tierra.
6. Que los pueblos te den gracias, oh Dios, que todos los pueblos te den gracias.
7. Ha entregado la tierra su cosecha, Dios, nuestro Dios, nos dio su bendición;
8. que nos bendiga Dios, y sea temido hasta los confines de la tierra.
Rostro de Nuestro Señor Eterno Padre, yo te agradezco porque Tu infinito Amor me ha salvado, aún contra mi propia voluntad. Gracias, Padre mío, por Tu inmensa paciencia que me ha esperado. Gracias, Dios mío, por Tu inconmensurable compasión que tuvo piedad de mí. La única recompensa que puedo darte en retribución de todo lo que me has dado es mi debilidad, mi dolor y mi miseria.
Estoy delante Tuyo, Espíritu de Amor, que eres fuego inextinguible y quiero permanecer en tu adorable presencia, quiero reparar mis culpas, renovarme en el fervor de mi consagración y entregarte mi homenaje de alabanza y adoración.
Jesús bendito, estoy frente a Ti y quiero arrancar a Tu Divino Corazón innumerables gracias para mí y para todas las almas, para la Santa Iglesia, tus sacerdotes y religiosos. Permite, oh Jesús, que estas horas sean verdaderamente horas de intimidad, horas de amor en las cuales me sea dado recibir todas las gracias que Tu Corazón divino me tiene reservadas.
Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, me uno a Ti y te suplico me hagas partícipe de los sentimientos de Tu Corazón Inmaculado.
¡Dios mío! Yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de todos los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pobres pecadores.
Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombre estás noche y día en este sacramento, lleno de piedad y de amor, esperando, llamando y recibiendo a cuantos vienen a visitarte: creo que estás presente en el sacramento del altar. Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy gracias por todas las mercedes que me has hecho, y especialmente por haberte dado tu mismo en este sacramento, por haberme concedido por mi abogada a tu amantísima Madre y haberme llamado a visitarte en este iglesia.
Adoro ahora a tu Santísimo corazón y deseo adorarlo por tres fines: el primero, en acción de gracias por este insigne beneficio; en segundo lugar, para resarcirte de todas las injurias que recibes de tus enemigos en este sacramento; y finalmente, deseando adorarte con esta visita en todos los lugares de la tierra donde estás sacramentado con menos culto y abandono.
SALMO 20
2. Que el Señor te responda en el día aciago y te proteja el Nombre del Dios de Jacob.
3. Que del Santuario te envíe socorro y desde Sión te venga su auxilio.
4. Que se acuerde de todas tus ofrendas y reciba con agrado tu holocausto.
5. Que te conceda según tus deseos y lleve a buen fin todos tus proyectos.
6. Que podamos celebrar tu victoria y enarbolar el nombre de nuestro Dios. ¡Que el Señor atienda todas tus peticiones!
7. Ahora sé que el Señor salva a su ungido; le respondió desde su santo cielo y le dio la victoria: su diestra hace proezas.
8. Unos en carros, otros a caballo, pero nosotros sólo recurrimos al nombre del Señor, nuestro Dios.
9. Ellos tropiezan y caen, mientras nosotros nos levantamos y nos recuperamos.
10. ¡Oh Señor, salva al rey, atiéndenos, pues hoy a ti clamamos!
SALMO 67
2. ¡Que Dios tenga piedad y nos bendiga, nos ponga bajo la luz de su rostro!
3. Para que conozcan en la tierra tu camino, tu salvación en todas la naciones.
4. Que los pueblos te den gracias, oh Dios, que todos los pueblos te den gracias...
5. Que los poblados se alegren y te canten. Pues tú juzgas los pueblos con justicia, tú riges a los pueblos de la tierra.
6. Que los pueblos te den gracias, oh Dios, que todos los pueblos te den gracias.
7. Ha entregado la tierra su cosecha, Dios, nuestro Dios, nos dio su bendición;
8. que nos bendiga Dios, y sea temido hasta los confines de la tierra.
ADORACIÓN
Estoy delante Tuyo, Espíritu de Amor, que eres fuego inextinguible y quiero permanecer en tu adorable presencia, quiero reparar mis culpas, renovarme en el fervor de mi consagración y entregarte mi homenaje de alabanza y adoración.
Jesús bendito, estoy frente a Ti y quiero arrancar a Tu Divino Corazón innumerables gracias para mí y para todas las almas, para la Santa Iglesia, tus sacerdotes y religiosos. Permite, oh Jesús, que estas horas sean verdaderamente horas de intimidad, horas de amor en las cuales me sea dado recibir todas las gracias que Tu Corazón divino me tiene reservadas.
Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, me uno a Ti y te suplico me hagas partícipe de los sentimientos de Tu Corazón Inmaculado.
¡Dios mío! Yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de todos los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pobres pecadores.
ORACIÓN DE SAN ALFONSO Mª LIGORIO
Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombre estás noche y día en este sacramento, lleno de piedad y de amor, esperando, llamando y recibiendo a cuantos vienen a visitarte: creo que estás presente en el sacramento del altar. Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy gracias por todas las mercedes que me has hecho, y especialmente por haberte dado tu mismo en este sacramento, por haberme concedido por mi abogada a tu amantísima Madre y haberme llamado a visitarte en este iglesia.
Adoro ahora a tu Santísimo corazón y deseo adorarlo por tres fines: el primero, en acción de gracias por este insigne beneficio; en segundo lugar, para resarcirte de todas las injurias que recibes de tus enemigos en este sacramento; y finalmente, deseando adorarte con esta visita en todos los lugares de la tierra donde estás sacramentado con menos culto y abandono.
EL MAGNIFICAT
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Creo, Dios mío, que estáis presente en el Santísimo Sacramento del Altar; os amo, os adoro y deseo recibiros; mas, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid por lo menos espiritualmente a mi corazón.
Como si hubieseis venido, yo me abrazo y uno a Vos: No permitáis que jamás me separe de Vos.
Así sea.
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, como amar.
Porque es: Dando, que se recibe; Perdonando, que se es perdonado; Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna.
https://www.youtube.com/watch?v=yoMVq-3db7s
https://www.youtube.com/watch?v=yoMVq-3db7s
Señor, yo acepto de tu Mano, con ánimo y gustoso cualquier género de vida y muerte que quieras darme con sus amarguras, penas y dolores. Como prueba de mi amor para unirme a tu Redención por mí y mis hermanos, con la esperanza luminosa de la eterna felicidad junto a Ti.
ORACIÓN DE LA MADRE TERESA DE CALCUTA
Padre Celestial, nos has dado un modelo de vida en la Sagrada Familia de Nazaret. Ayúdanos, Padre amado, a hacer de nuestra familia otro Nazaret, donde reine el amor, la paz y la alegría. Que sea profundamente contemplativa, intensamente eucarística y vibrante con alegría. Ayúdanos a permanecer unidos por la oración en familia en los momentos de gozo y de dolor. Enséñanos a ver a Jesucristo en los miembros de nuestra familia especialmente en los momentos de angustia. Haz que el corazón de Jesús Eucaristía haga nuestros corazones mansos y humildes como el suyo y ayúdanos a sobrellevar las obligaciones familiares de una manera santa. Haz que nos amemos más y más unos a otros cada día como Dios nos ama a cada uno de nosotros y a perdonarnos mutuamente nuestras faltas como Tú perdonas nuestros pecados.
Ayúdanos, oh Padre amado, a recibir todo lo que nos das y a dar todo lo que quieres recibir con una gran sonrisa. Inmaculado Corazón de María, causa de nuestra alegría, ruega por nosotros. Santos Ángeles de la Guarda permaneced a nuestro lado, guiadnos y proteged-nos.
Amén.