La primera institución concreta de Don Bosco fue el Oratorio, palabra italiana usada para definir una capilla o lugar de oración. El Oratorio pasó de ser un espacio para jugar y aprender catequesis a un verdadero centro juvenil cargado de experiencias espirituales, familiares y pedagógicas que, desde sus inicios y hasta hoy se mantienen firme en cuatro dimensiones: Casa, escuela, iglesia y patio ““Casa que acoge, escuela que prepara para la vida, parroquia que evangeliza y patio donde compartir la vida y la amistad”
El éxito con la acogida brindada a sus jóvenes fue tal, que algunos de ellos fueron los primeros sacerdotes que hicieron parte de su Comunidad. Tras buscar la autorización del Papa.
Por los escritos de Don Bosco y los realizados por algunos de sus jóvenes del Oratorio, se fue conociendo el sistema de trabajo de Don Bosco. Él solía empaparse de las realidades de sus muchachos y partir de ellas para darle un significado especial a la experiencia concreta que vivirían con él, enseñándoles a ver su entorno con otros ojos y estimulando el potencial de los jóvenes, asegurándose siempre de que éstos se sintieran acogidos y amados y ocupándose de tener con cada uno de ellos un encuentro personal.
No solamente se dedicó a mejorar la vida de los jóvenes, sino que dio alojamiento a aquellos que no tenían hogar y cuidaba de ellos en compañía de su madre, Mamá Margarita. A la par decidió construir sus propios talleres a fin de que los jóvenes aprendieran algún oficio. Con el tiempo creó escuelas profesionales, colegios, escribió folletos, libros, artículos a fin de conseguir dinero para sus obras y con María Dominica Mazzarello crearon el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. Fue para muchos grupos políticos motivo de miedo, pues creían que lograría hacer con sus jóvenes alguna especie de rebelión, razón por la cual fue víctima de atentados y persecuciones, pero siempre contó con la protección de Dios y de la Santísima Virgen, a quien llamaba “La Auxiliadora”.
El 18 de diciembre de 1859 nace la Congregación en Turín-Valdocco con el nombre de “Pía Sociedad de San Francisco de Sales” con 17 miembros (1 sacerdote, 15 clérigos y 1 estudiante).
El “Decreto de Alabanza de la Sociedad” llega el 23 de julio de 1864, su aprobación definitiva llega el 1 de marzo de 1869 y la aprobación de sus Constituciones es el 3 de abril de 1874.
El máximo superior de la Comunidad Salesiana es el Rector Mayor, obviamente el primero fue Don Bosco, después de él, fue Miguel Rúa y el actual es ángel Fernández. Desde Don Bosco, han pasado diez sucesores, los cuales son elegidos en las Asambleas Generales o Capítulos y ejercen tal función por espacio de seis años, siempre con la posibilidad de ser reelegidos.