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miércoles, 25 de octubre de 2017

EUCARISTÍA



LA EUCARISTÍA ES EL MAS IMPORTANTE DE LOS SACRAMENTOS





Cuando oímos que alguien habla de la Sagrada Eucaristía, sabemos que esa persona ha estado hablando del cuerpo y la sangre de Cristo presente en el pan y el vino que se consagran durante una Misa.

El que habla de la Eucaristía está fácilmente subrayando solamente uno de los tres aspectos del cuerpo y la sangre de Cristo. Puede ser que habla del aspecto de sacrificio, el sacrificio de Jesús que se re-presenta cada vez que se celebra la Misa. Sin embargo, también existe la posibilidad que cuando se habla de la ‘Eucaristía’ se está subrayando el aspecto de  Comunión (que se realiza cuando tomamos la santa comunión).

El tercer aspecto de este sacramento aparece cuando una persona habla de la Eucaristía señalando principalmente lo que la mayoría de nosotros llama el Santísimo (el cual se encuentra en el Sagrario y que en momentos particulares se expone para nuestra adoración pública). Estos tres aspectos (la Sagrada Eucaristía vista como sacrificio, como la santa comunión y como el santísimo) forman el meollo de nuestra creencia católica tocante este sacramento.

 De los siete sacramentos, la Sagrada Eucaristía es la más central y la más importante de nuestra fe católica. Digo esto porque nosotros los católicos creemos firmemente que el pan y el vino consagrados son actualmente y verdaderamente el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de Cristo. Para nosotros los católicos la presencia de Cristo en la Sagrada Eucaristía no es solamente una presencia simbólica o simplemente espiritual. Es una presencia real. Por esta razón, decimos que Jesucristo está substancialmente presente en el pan y el vino consagrados. 
Para nosotros católicos el acto físico de comer el pan consagrado o beber el vino consagrado desde el cáliz no es lo mas importante. Más importante para nosotros los católicos es la realidad fundamental e invisible que el alma humana se está alimentando/nutriendo con el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de Cristo. El cuerpo únicamente consume las apariencias de pan y vino mientras que el alma recibe a la persona de Cristo en su totalidad.


Cuando nosotros los creyentes recibimos la Santa Comunión, estamos íntimamente unidos con Nuestro Salvador, Jesucristo. Sin embargo, lo que ocurre cuando uno recibe la  Santa Comunión no se limita a la relación establecida y fortalecida entre el comulgante y Jesús. Al recibir la Santa Comunión, nosotros los católicos expresamos nuestra unión con todos los católicos del mundo de todos los tiempos, católicos que han obedecido las mismas leyes y han seguido los mismos lideres que nosotros. Es por esto que nosotros los católicos (y los cristianos de la Iglesia ortodoxa oriental) tenemos una ley estricta que dice que únicamente las personas en comunión con la Iglesia pueden recibir la Santa Comunión. Para decirlo de otra manera, solamente las personas que están unidas por las mismas creencias - los siete sacramentos, la autoridad del Papa y las enseñanzas que se encuentran en el Catecismo de la Iglesia Católica - están permitidas a recibir la Santa Comunión



¿QUÉ ES EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA?
Es Cristo, que sigue viviendo entre nosotros, Él es la fuente y la cima de toda la vida cristiana, y contiene todo el bien espiritual de la Iglesia.  Como dijera a sus discípulos en Galilea, antes de ascender al Padre. “Sepan que Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de los tiempos”. Nuestro amadísimo Redentor cumplió su promesa, cuando en la Última Cena, señaló sobre las especies del pan y el vino. “Esto es Mi Cuerpo, coman de él; ésta es Mi Sangre, beban de ella, y hagan esto en conmemoración Mía”.


En la Eucaristía, está presente Cristo con todo Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma, Su Divinidad. Jesucristo vivo y vivificador, nuestro divino Redentor. De esta manera Nuestro Señor Jesucristo obró, por su gran amor, el milagro infinito al instituir la Santísima Eucaristía, con la cual participamos de la Vida eterna mediante la Comunión de su Cuerpo Sacratísimo y de su Sangre Preciosísima. Así Él habita en nuestros corazones.

Consideremos ahora algunos de los principales efectos de la Sagrada Eucaristía en el alma de quien la recibe con fe, porque por muy difícil que parezca la vida, aunque tengamos muchos problemas y se nos cierren los caminos, nos queda el refugio de esa fe. La Sagrada Comunión nos fortalece para luchar en la vida.
La comunión es fuente de energía, la fuerza de la Iglesia Católica, la adquiere del Cuerpo y Sangre de Cristo nuestro Señor.
Otro efecto de la Eucaristía en el alma de quien la recibe con fe, es que el pensamiento de la muerte ya no debe quebrantarle, porque quien come Su Carne y bebe Su Sangre tendrá  vida eterna y Él lo resucitará en el último día. Palabras magníficas, palabras santas, palabras de vida pronunciadas por Cristo que traspasó triunfalmente la puerta de la muerte para resucitar a la vida eterna.
Es el sagrado banquete en que recibimos el Cuerpo y la Sangre de Cristo, en que celebramos el memorial de Su Muerte y Su Resurrección, lo que nos llena de gracia al recibir la palabra de la Gloria Futura.
No hay ningún dogma más edificante y que más nos impulse a una vida ideal que el de la Eucaristía. Así, después de la Comunión, dentro del Sagrado Corazón, laten nuestros corazones y el Salvador nuestro Dios, inunda nuestras venas con Su sangre que quema y purifica en nosotros, los pecadores, toda la debilidad y mezquindad para que no quede ni la más leve escoria, para que no tengamos ni un solo latido que no sea por nuestro Padre Dios y para su Gloria.
Ahora bien, después de haber considerado qué es la Eucaristía y de haber ponderado algunos de sus efectos en el alma del creyente, podemos preguntarnos ¿Qué es la Santa Misa?


Sabiendo lo que es, en realidad saltaría nuestro corazón de gozo. ¡Si supiéramos que en cada Misa, es el mismo Jesucristo, Señor y Redentor nuestro, quien se hace presente en la mente de nosotros con Su Cuerpo y Su Sangre, Su Alma y Su Divinidad y que se hace presente todos los días por nosotros, actualizando su Sacrificio único en forma sacramental!
Jesús cuando instituyó la Eucaristía les dijo a sus Apóstoles “hagan esto en memoria Mía”, lo que significa, un recordatorio perenne de Su muerte, al dar a sus fieles, hasta la consumación de los tiempos, Su Cuerpo y Su Sangre, bajo las especies de pan y vino. Por esto la Santa Misa, es un tesoro inestimable que, aún hoy en día, es el mismo Cristo quien renueva en cada Celebración el Sacrificio del Calvario que ofreció aquélla noche del Jueves Santo.
Pero cuando Jesucristo ofrece su sacrificio, los miembros (que somos nosotros) también hemos de intervenir y participar en el Sagrado Acto, porque formamos con Él, un solo Cuerpo Místico y así, en la Santa Misa, brota continuamente la Sangre de Cristo, Santa e inmortal, para beberla y así recibir en amplias corrientes la gracia vivificadora.
Pero Jesucristo, no se contentó con ofrecer una vez en el Calvario Su sacrificio Redentor, sino que quiere perpetuarlo hasta la consumación de los siglos, por ello se ofrece nuevamente en Sacrificio al Padre Celestial por nosotros, cada vez que se celebra la Santa Misa.
Nunca debemos olvidar que no se mueve la hoja del árbol, sin la voluntad de Dios. Por lo tanto, debemos considerar la Eucaristía como Acción de Gracias y alabanza al Padre, como memorial del Sacrificio de Cristo y de Su Cuerpo, como presencia de Cristo por el poder de Su Palabra y de Su Espíritu y podemos agregar que la Eucaristía es el vehículo sensible de Gracia y Salvación a través de la recepción de Cristo, bajo las especies de pan y vino, que se convertirán en Su Cuerpo y Su Sangre y que recibiremos, así, el contacto directo con el Padre.
Cristo al ofrecernos Su cuerpo y Su Sangre en el Sacramento de la Eucaristía, sabía que íbamos a ofenderlo y a pesar de ello, Su corazón amante no quiso negarnos este don infinito. Desde el día en que comprendí esto, ya no cierro los ojos a la hora de la elevación, Lo veo directamente para pedirle perdón y decirle que lo amo y sobre todo, agradecerle todos los dones y beneficios que me ha otorgado.
Como Jesús vive del Padre y para el Padre, así también, al comulgar con Su Cuerpo y Su Sangre, nosotros vivimos de Jesús y para Jesús: al servicio de nuestros hermanos.
Hemos visto en la Última Cena, que nuestro Señor Jesucristo no solamente ofreció Su Cuerpo y Su Sangre como manjar a los apóstoles, sino que además les dio una orden sublime que concluyó toda la Ceremonia: “Hagan esto en memoria mía”. Así lo ordenó, porque quiere que este alimento de Vida Eterna lo puedan consumir sus fieles de todos los tiempos. De esa manera será realidad su promesa “Yo estaré con ustedes hasta la  consumación de los siglos”.
La Eucaristía es Comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, porque Él así lo quiso. Jesucristo es muy claro al invitar a todos sus Discípulos y no solamente a sus Apóstoles, al Banquete de Su Cuerpo y de Su Sangre, puesto que Él dijo, tomen y coman, este es Mi Cuerpo; tomen y beban todos de ella, pues esta es Mi Sangre.
Los católicos sabemos perfectamente, que Jesús está con Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma y Su Divinidad, en cada una de las especies consagradas.

Les dejo esta hermosa canciòn "Ya no eres Pan y Vino"





La misa es una fiesta muy alegre, la misa es una fiesta con Jesús.


sábado, 14 de octubre de 2017

ELEMENTOS HUMANOS DE LITURGIA








ELEMENTOS HUMANOS DE LA LITURGIA

Los elementos humanos son todas las ceremonias del culto, las actitudes, posturas y gestos que hace y vive el hombre en la liturgia.
¿Qué virtud regula y encauza todo lo relacionado con la liturgia? Es la virtud de la religión, que procede a su vez de la virtud cardinal de la justicia que nos inclina a dar a Dios el culto debido. Esta virtud de la religión presupone las virtudes teologales y demostramos esta virtud con actos, ya sea internos, ya sea externos.


ACTOS INTERNOS

Adoración: por ser Dios.

Agradecimiento: por habernos dado todo.

Arrepentimiento: por haberle ofendido.

Súplica y petición: porque Él es la fuente de todo don.


ACTOS EXTERNOS

Son todas las ceremonias expresadas con la boca, lengua, sentidos, gestos, movimientos.



Las Ceremonias

Las ceremonias son como la etiqueta sagrada y el comportamiento tanto de los ministros sagrados como también de los fieles participantes. El objeto de las ceremonias, la finalidad de las ceremonias es poner nuestro cuerpo al servicio del alma, y ambos al servicio de Dios. Al mismo tiempo reflejan externamente la fe y piedad de la Iglesia y de los fieles cristianos.

Las ceremonias son signos de lo que pasa en nuestro interior. Por tanto, las ceremonias tienen estas características:

Mueven al alma a la veneración de las cosas sagradas.

Elevan la mente a las realidades sobrenaturales.

Nutren la piedad.

Fomentan la caridad.

Acrecientan la fe, la compunción, la alegría, el recogimiento.

Robustecen la devoción.

Instruyen a los sencillos y adornan el culto de Dios.

Conservan la religión.


Las ceremonias se llevan a cabo a través de actitudes, posturas y gestos.

a) Actitudes
Las actitudes del cuerpo son reflejo de lo que siente el alma. Estas son las actitudes más importantes en la liturgia:

 Estar de pie: es una forma de demostrar nuestra confianza filial, y nuestra disponibilidad para la acción, para el camino. El estar de pie significa la dignidad de ser hijos de Dios, no esclavos agachados ante el amo. Es la confianza llana del hijo que está ante el padre a quien respeta muchísimo y a quien al mismo tiempo tiene cariño. Al mismo tiempo, al estar en pie manifestamos la fe en Jesús resucitado que venció a la muerte, y la fe en que nosotros resucitaremos también; el estar agachado y postrado no es la última postura del cristiano; sino el estar en pie resucitado.

De rodillas: sólo ante Dios debemos doblar nuestra rodilla. Ante nadie más. Esto nos otorga la dignidad de sentirnos libres ante las criaturas. No debemos arrodillarnos ante el dinero, ni ante el trabajo, ni ante amos humanos. También el ponernos de rodillas significa que nos reconocemos pecadores ante Él. El fariseo del Evangelio no quiso arrodillarse. La genuflexión ante el Santísimo es un saludo reverencial de fe, en homenaje de reconocimiento al Señor Jesús. Debemos hacerlo en forma pausada y recogida.

Sentados: significa la confianza de estar con los amigos, sin demasiado apuro, con paz y tranquilidad, como un cierto “descansar” ante Dios. Estamos en casa, cuando estamos en el templo. Sentados podemos hablar con intimidad y largamente con el Señor que está ahí presente, tan presente que invade nuestro propio y más hondo interior. También uno se sienta para escuchar y aprender cuando un maestro habla. En la misa estamos sentados durante las lecturas y la homilía: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”.

 Postrados: se usa en ciertos momentos escasos, en que el alma cristiana se siente más indigna de dirigirse a Dios, cargada de responsabilidades, o en un luto universal como el del Viernes Santo por la muerte de Jesús, o cuando la pena y desconsuelo son tan inmensos que no se ve solución. Por ejemplo: el futuro sacerdote, cuando se postra el día de su ordenación sacerdotal; o algunas monjas, el día en que entran al convento o hacen su profesión religiosa, se postran en el suelo, indicando no tanto el abatimiento, sino la necesidad de protección de Dios y la impotencia personal. Es signo de humildad y penitencia.


La procesión, más que un gesto litúrgico, es un rito. En las celebraciones habituales, por ejemplo, en la santa misa, los ministros realizan movimientos que tienen carácter procesional: al principio, antes del evangelio, etc. También los fieles adoptan esta actitud al presentar las ofrendas y cuando comulgan.

Además, hay procesiones excepcionales unidas al año litúrgico, como la del Domingo de Ramos y la del Corpus Christi, o en circunstancias particulares de la vida de la Iglesia, por ejemplo, la de una comunidad parroquial el día de las fiestas patronales. La procesión simboliza, principalmente, el carácter peregrinante de la Iglesia. También, a veces, es un signo muy expresivo de fe y devoción. Deben hacerse con dignidad y respeto, huyendo tanto de la rigidez como del sentimentalismo.

b) Posturas

Manos juntas: Es señal de respeto y de oración. Es un gesto de humildad y vasallaje, y de actitud orante y confiada. Es el gesto más acomodado a la celebración litúrgica cuando las manos no han de emplearse en otros ritos o no se prescribe que se tengan levantadas. Es la mejor postura a la hora de ir a comulgar.




Extender las manos y elevar a la vez los brazos son súplicas solemnes: colecta, plegaria de la misa, paternóster, prefacio. Levantar y extender las manos al rezar expresa los sentimientos del alma que busca y espera el auxilio de lo alto. Hoy es un gesto reservado al ministro que celebra la santa misa.

Extender y volver a juntar las manos es el deseo del sacerdote de estrechar a la asamblea en un común abrazo de fraternidad, de recoger las intenciones y deseos de todos para ofrecérselos a Dios, y derramar sobre ellos las misericordias de Dios.

Manos que dan y reciben la paz: Las manos extendidas, abiertas y acogedoras simbolizan la actitud de un corazón pacífico y fraternal, que quiere comunicar algo personal y está dispuesto a acoger lo que se le ofrece. Cuando unas manos abiertas salen al encuentro de otras en idéntica actitud, se percibe el sentimiento profundo de un hermano que sale al encuentro de otro hermano, para ratificar, comunicar o restablecer la paz.

 Manos que reciben el Cuerpo del Señor: las manos dispuestas para recibir la Santa Comunión han de ser signo de humildad, de pobreza, de espera, de disponibilidad y de confianza. También son signo de veneración, de respeto y de acogida, pues el Pan eucarístico no se coge sino que se acoge, se recibe.

c) Gestos litúrgicos

En nuestra vida usamos no sólo palabras y actitudes o posturas, sino también está el lenguaje del gesto para expresarnos: un guiño, el levantar el puño con el dedo pulgar arriba, el fruncir el ceño, un beso, etc.
También en la liturgia empleamos gestos. Con estos gestos, la liturgia aspira a cautivar a todo hombre y a despertar en la asamblea la variedad de sentidos nobles, dignos del culto divino.


Veamos, pues, los gestos litúrgicos más sobresalientes, y su hondo significado.

Señal de la cruz: es el gesto más noble y el más frecuente y elocuente. No es un garabato, que termina besándose uno el dedo pulgar ¡Esta no es la señal de la Santa Cruz! Se produce de dos modos: sobre uno mismo, con los dedos extendidos de la mano derecha; o, cuando un sacerdote debe bendecir en nombre de Cristo, sobre las personas u objetos con la misma mano levemente encorvada. Una sola vez, al inicio del oficio divino, se hace sobre los labios con el dedo pulgar para pedirle al Señor que Él mismo “los abra para poder proclamar con la boca sus alabanzas”. 

Tengo aquí un texto de Tertuliano, del siglo II, que atestigua cómo la señal de la cruz es práctica cristiana desde los primeros siglos: “ora caminemos, ora salgamos o entremos, ora nos vistamos, ora nos lavemos, ora vayamos a la mesa o a la cama, ora nos sentemos o hagamos cualquier cosa, marquemos nuestra frente con el signo de la cruz “. Debe hacerse desde la frente hasta el pecho, y desde el hombro izquierdo al derecho. ¿Qué significa hacerse la señal de la cruz? Primero venerar la cruz redentora de Cristo. Segundo, sellar con ella nuestra persona cristiana y así fortalecerla para hacer el bien y evitar el mal. Esa señal comienza en la frente, para que Dios, con su Santa Cruz, nos quite los malos pensamientos y nos proteja los buenos. Después de la frente va al pecho para que nos quite los malos deseos del corazón y nos proteja los buenos. Y finalmente, nos envuelve de izquierda a derecha, para proteger del mal todo nuestro ser.

La reverencia: consiste en ligeras inclinaciones de cabeza, ante el altar, ante imágenes, al recibir la Sagrada Comunión, cuando el acólito inciensa al sacerdote y al pueblo; o al incensar el mismo sacerdote hace reverencia al crucifijo o a la imagen de los santos, a modo de saludo reverente. Aquí no sólo es señal de cortesía humana, sino que las reverencias están revestidas de culto sagrado. Tienen que ser hechas despacio, y sólo con la cabeza, no con todo el cuerpo, a no ser que sea en la misa después de ofrecer el pan y el vino y antes del lavado de las manos, donde se inclina ligeramente también el cuerpo. Aquí ya no es sólo reverencia, sino total inclinación.

 Las miradas: unas veces invitan a la admiración y adoración callada, de fe sentida y de recogimiento; por eso, clavamos la mirada en la Hostia consagrada y en el cáliz al levantarlos el sacerdote en la consagración, en la custodia de la exposición y bendición del Santísimo. También la mirada del sacerdote a la gente es señal de comunicación fraterna, de saludo cordial. Cuando los ojos están cerrados simbolizan, no tanto que estamos durmiendo, sino que estamos en profundo silencio y recogimiento para saborear la comunión, o las lecturas leídas. Es falta de respeto, cuando se da la homilía, no mirar al predicador. Simbolizaría desinterés total, despecho; también sería falta de cordialidad e interés si el predicador no mirase a los fieles a la hora de predicar. Cuando uno eleva los ojos hacia arriba está indicando petición a Dios o desagravio por los pecados propios y de la humanidad.



Los ósculos o besos: el sacerdote da un beso al altar al comenzar y al terminar la santa misa; es Cristo quien recibe ese ósculo. Los fieles se dan el beso en el momento de la paz. Son señales de afecto, de gratitud, de adhesión, de veneración y de reconciliación. Besamos las reliquias, el crucifijo, la mano del sacerdote que bendice y perdona. Cada uno de estos ósculos imprime un sello religioso especial en las personas o cosas que los reciben. En muchas partes no es oportuno el beso de la paz, por motivos culturales; entonces se prefiere el apretón de manos.

Golpes de pecho con la mano. Es una de las señales mas expresivas de dolor y contrición de corazón, en un pecador. Se hace en la confesión, al momento de decir el acto de contrición. Lo hacemos en el momento del “Yo confieso” de la santa misa. Así, con ese gesto humilde, aplacamos y agradamos mejor a Dios y expresamos más sentidamente nuestra compunción ante los demás hermanos. Los golpes deben ser hechos con suavidad, como cuando uno llama a una puerta que no tiene timbre ni aldaba.

La imposición de las manos: Significa varias cosas transmisión de poderes superiores a personas o grupos de elección, o de algún carisma o misión, o absolución de culpas. También es signo de bendición de Dios y de consuelos en la unción de enfermos. En el momento de la consagración manifiesta el poder maravilloso de los sacerdotes de convertir el pan y el vino en Cuerpo y Sangre de Cristo. También es señal de expulsión del demonio en los exorcismos.

Caminar hacia el altar: No es un simple gesto, es un rito. Es también símbolo de nuestro peregrinar al cielo. Caminamos con otros, no solos. Así, en las procesiones, peregrinaciones, vamos con alegría, sin temores, pues sabemos que Cristo es el Camino vivo y verdadero.


Cantar: El que canta ora dos veces, decía san Agustín. El canto es el afecto del corazón hecho música.


viernes, 6 de octubre de 2017

ADVOCACIONES DE LA VIRGEN MARIA



LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA
(8 de Diciembre)


La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que por una gracia singular de Dios, María fue preservada de todo pecado, desde su concepción. 


Como demostraremos, esta doctrina es de origen apostólico, aunque el dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus.
 "...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles..."
(Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)


La Concepción: Es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica  procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana.


Cuando hablamos del dogma de la Inmaculada Concepción no nos referimos a la concepción de Jesús quién, claro está, también fue concebido sin pecado. El dogma declara que María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir María es la "llena de gracia" desde su concepción.


La Encíclica "Fulgens corona", publicada por el Papa Pío XII en 1953 para conmemorar el centenario de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, argumenta así: «Si en un momento determinado la Santísima Virgen María hubiera quedado privada de la gracia divina, por haber sido contaminada en su concepción por la mancha hereditaria del pecado, entre ella y la serpiente no habría ya -al menos durante ese periodo de tiempo, por más breve que fuera- la enemistad eterna de la que se habla desde la tradición primitiva hasta la solemne definición de la Inmaculada Concepción, sino más bien cierta servidumbre»

Fundamento Bíblico

La Biblia no menciona explícitamente el dogma de la Inmaculada Concepción, como tampoco menciona explícitamente muchas otras doctrinas que la Iglesia recibió de los Apóstoles. La palabra "Trinidad", por ejemplo, no aparece en la Biblia. Pero la Inmaculada Concepción se deduce de la Biblia cuando ésta se interpreta correctamente a la luz de la Tradición Apostólica. 

El primer pasaje que contiene la promesa de la redención (Genesis 3:15) menciona a la Madre del Redentor. Es el llamado Proto-evangelium, donde Dios declara la enemistad entre la serpiente y la Mujer. Cristo, la semilla de la mujer (María) aplastará la cabeza de la serpiente. Ella será exaltada a la gracia santificante que el hombre había perdido por el pecado. Solo el hecho de que María se mantuvo en estado de gracia puede explicar que continúe la enemistad entre ella y la serpiente. El Proto-evangelium, por lo tanto, contiene una promesa directa de que vendrá un redentor.  Junto a El se manifestará su obra maestra: La preservación perfecta de todo pecado de su Madre Virginal.

En Lucas 1:28 el ángel Gabriel enviado por Dios le dice a la Santísima Virgen María «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.». Las palabras en español "Llena de gracia" no hace justicia al texto griego original que es "kecharitomene" y significa una singular abundancia de gracia, un estado sobrenatural del alma en unión con Dios. Aunque este pasaje no "prueba" la Inmaculada Concepción de María ciertamente lo sugiere.


El Apocalipsis narra sobre la «mujer vestida de sol» (Ap 12,1).  Ella representa la santidad de la Iglesia, que se realiza plenamente en la Santísima Virgen, en virtud de una gracia singular. Ella es toda esplendor porque no hay en ella mancha alguna de pecado. Lleva el reflejo del esplendor divino, y aparece como signo grandioso de la relación esponsal de Dios con su pueblo.



Los Padres de la Iglesia y la Inmaculada 


Los Padres se referían a la Virgen María como la Segunda Eva (cf. I Cor. 15:22), pues ella desató el nudo causado por la primera Eva.
 En el siglo IX se introdujo en Occidente la fiesta de la Concepción de María, primero en Nápoles y luego en Inglaterra.

Hacia el año 1128, un monje de Canterbury llamado Eadmero escribe el primer tratado sobre la Inmaculada Concepción donde rechaza la objeción de San Agustín contra el privilegio de la Inmaculada Concepción, fundada en la doctrina de la transmisión del pecado original en la generación humana.


La castaña, escribe Eadmero, «es concebida, alimentada y formada bajo las espinas, pero que a pesar de eso queda al resguardo de sus pinchazos». Incluso bajo las espinas de una generación que de por sí debería transmitir el pecado original, María permaneció libre de toda mancha, por voluntad explícita de Dios que «lo pudo, evidentemente, y lo quiso. Así pues, si lo quiso, lo hizo».

Los grandes teólogos del siglo XIII presentaban las mismas dificultades de San Agustín: la redención obrada por Cristo no sería universal si la condición de pecado no fuese común a todos los seres humanos. Si María no hubiera contraído la culpa original, no hubiera podido ser rescatada. En efecto, la redención consiste en librar a quien se encuentra en estado de pecado.


El franciscano Juan Duns Escoto, al principio del siglo XIV, inspirado en algunos teólogos del siglo XII y por el mismo San Francisco (siglo XIII, devoto de la Inmaculada), brindó la clave para superar las objeciones contra la doctrina de la Inmaculada Concepción de María. El sostuvo que Cristo, el mediador perfecto, realizó precisamente en María el acto de mediación más excelso: Cristo la redimió preservándola del pecado original. Se trata una redención aún más admirable: No por liberación del pecado, sino por preservación del pecado. 


HACE 100 AÑOS OCURRIÓ EL "MILAGRO DEL SOL" 

DE LA VIRGEN DE FÁTIMA





13 Oct. 17 -El 13 de octubre de 1917, ante miles de peregrinos que llegaron a Fátima (Portugal), se produjo el denominado “Milagro del sol”, en el que, luego de la última aparición de la Virgen María a los pastorcitos Jacinta, Francisco y Lucía, se pudo ver al sol temblar, en una especie de “danza”, según relataron los que estaban ahí.

Luego de una intensa lluvia, las oscuras nubes se abrieron y dejaron ver el sol, que según los testigos lucía como un suave disco de plata. Entonces, la luz del sol tomó diferentes colores y el sol pareció caer sobre las miles de personas, que se habían ya puesto de rodillas.

El periodista del diario portugués O Século, Avelino de Almeida, estimó entre los 30 mil a 40 mil personas, las presentes al momento del milagro, mientras que el profesor de ciencias naturales de la Universidad de Coímbra Joseph Garrett, que al igual que el periodista De Almeida estuvo en el lugar ese día, estimó el número de testigos en 100 mil.

El milagro duró alrededor de tres minutos. Además del “Milagro del sol”, los pastorcitos dijeron haber visto imágenes de Jesús, la Virgen María y San José bendiciendo a la multitud. La Virgen se presentó como la Señora del Rosario.


En la actualidad, cada 13 de octubre también se inicia la Novena a San Juan Pablo II, aquel “Santo Padre” del que se habló en el tercer secreto de Fátima.


OTRA ADVOCACIONES MARIANAS SON:


LA VIRGEN DE LA LUZ


La iconografía de la Virgen de la Luz tiene su origen en la ciudad de Palermo (Italia) sobre el años 1722, cuando una monja visionó una imagen de la Virgen María evitando caer en las fauces de un monstruo maligno, mientras sostenie su alma.




La imagen de esta visión plasmada por un pintor sobre esas fechas de 1722, fue conservada en la ciudad de Palermo hasta 1732, cuando fue sorteada por el padre José Genovesi para el traslado a alguna fundación reciente de la Compañía de Jesús, siendo en suerte trasladada el 2 de julio de 1732 a la iglesia jesuita de León en Guanajuato (México), que desde el año 2005 es denominada Basílica-Catedral Metropolitana de Nuestra Madre Santísima de la Luz. A partir de entonces, los jesuitas fueron quienes difundieron su culto por el continente americano. 

La representación de la Virgen de la Luz es aquella donde muestra a la Virgen María evitando caer en las fauces de un monstruo maligno, mientras sostenie su alma y al Niño Jesús.

La Virgen María aparece vestida con túnica blanca y su manto azul (semejante al de la iconografía de la Inmaculada Concepción), que simbolizan su pureza y castidad, sobre un fondo de color amarillo dorado.

En los brazos sostiene con su mano derecha la figura de un alma, y con su brazo izquierdo al Niño Jesús, el cual escoge un par de corazones ardientes que un ángel porta y le ofrece en una cesta. Los corazones ardientes simbolizan la caridad y el amor a Dios.

Sobre la cabeza de la Virgen María están un par de ángeles que la coronan como reina del cielo, mientras que a sus pies, le espera un monstruo (Leviatán) con sus fauces abiertas. La figura de Leviatán fue censurada desde 1760 por la Iglesia Católica Romana y fueron sustituida por unas llamas que aludían al purgatorio, o unas nubes oscuras que simbolizan al pecado.

Nuestra Señora del Pilar
• La Madre Santísima de la Luz
• El Inmaculado Corazón de María
• Nuestra Señora de Montserrat
• Santuario Nuestra Señora de Coromoto
• María de la Claraesperanza
• Nuestra Señora de Aparecida
• Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
• Nuestra Señora del Buen Consejo
• Nuestra Señora del Carmen
• Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
• Nuestra Señora de la Paz
• Nuestra Señora de la Salud
• Nuestra Señora de Loreto
• Nuestra Señora de la Divina Providencia
• Nuestra Señora de Luján
• Nuestra Señora de África
• Nuestra Señora del Guayco
• Nuestra Señora de Czestochowa
• Virgen del Mar
• Nuestra Señora de las Victorias
• Nuestra Señora de las Angustias
• Nuestra Señora de Altagracia
• Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma
• Nuestra Señora de Lavang
• Nuestra Señora de Knock
• Nuestra Señora del Carmen en Miapú
• Nuestra Señora de Suyapa
• Nuestra Señora de los Desamparados
• Nuestra Señora de Copacabana
• Nuestra Señora de Soufanieh
• Nuestra Señora de Mariazell
• Santuario de Nuestra Señora de Mariazell
• Nuestra Señora del Olvido
• Nuestra Señora del Rosario Chiquinquirá
• Nuestra Señora de Chapi
• Nuestra Señora de la Presentación del Quinche
• Nuestra Señora de la Almudena
• Nuestra Señora de Itatí
• Nuestra Señora de Walsingham
• Nuestra Señora de los Ángeles
• Nuestra Señora de los Remedios
• Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
• Nuestra Señora de Montallegro
• Nuestra Señora de Peñafrancia
• Nuestra Señora de la Misericordia
• Nuestra Señora del Espino
• Nuestra Señora de las Lajas
• Virgen de los Dolores
• Virgen de Regla
• La Virgen de la Teja
• La Virgen de Tirano
• Virgen de las Rocas
• Nuestra Señora de Einsiedeln
• La Virgen de Urcupiña
• Nuestra Señora de Nuria
• La Purísima
• La Virgen de Covadonga
• Nuestra Señora de Aránzazu
• Nuestra Señora de Begoña
• Nuestra Señora de la Carrodilla
• Nuestra Señora de la Esperanza de Triana
• Nuestra Señora de la Esperanza (La Macarena)
• Nuestra Señora del Huerto
• Nuestra Señora de Pompeya
• Nuestra Señora de Schöenstatt
• Nuestra Señora de El Viejo
• Nuestra Señora de la Franqueira
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QUÉ SON LAS ADVOCACIONES?

Las Advocaciones son un título, referencia o nombre aludido que se otorga a un lugar, figura, imagen o recuerdo. Literalmente indica el “modo de llamar” o designar.

Es común que muchos de los que se hacen llamar cristianos, por falta de información o mejor dicho “formación”, confundan esos distintos nombres con distintos santos, santas o “virgencitas”, como suelen llamarle.
Por ejemplo, los católicos solemos “apodar” a la Virgen María, Madre de Dios, de distintas maneras, según el lugar dónde se halla instalada la devoción, o según la circunstancia, si es una aparición o se la nombra Patrona, etc.

Esto no quiere decir que haya multitud de vírgenes. La Virgen es una sola.

En la Biblia, solemos encontrar distintas advocaciones para referirse por ejemplo a Jesús y no por ello significa que haya muchos y distintos Jesús. Veamos algunos ejemplos:

El buen pastor
Jn 10,11  »Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas.

Cristo – Hijo de Dios
Mt 16,16  Respondió Simón Pedro: -Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.

Principio y fin
Apo 2,8  Al ángel de la iglesia de Esmirna escríbele: «Esto dice el primero y el último, el que estuvo muerto y ha vuelto a la vida:

Alfa y omega
Apo 22,13  Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin.

Cordero de Dios
Jn 1,29  Al día siguiente vio a Jesús venir hacia él y dijo: -Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Rey de Reyes – Señor de Señores
Apo 19,16  En el manto y en el muslo lleva escrito un nombre: Rey de reyes y Señor de señores.

Como vemos, la Escritura tiene muchas formar de designar a Jesús. De otorgarle diferentes títulos, pero no por ello debemos entender que hay diferentes Jesús.
Así también sucede con nuestra Madre, a pesar de ser una sola, se le otorgan distintos nombres y títulos de acuerdo al lugar de devoción, aparición o patronazgo.
Dentro de las advocaciones marianas, existen dos tipos: las de carácter místico, relativas a dones, misterios, actos sobrenaturales o fenómenos milagrosos de la Virgen, como Anunciación, Asunción, Presentación y las apariciones terrenales, que en muchos casos han dado lugar a la construcción de santuarios dedicados a la Virgen.

Entre las advocaciones marianas más conocidas podemos mencionar:

–          María Auxiliadora
–          Nuestra Señora de Fátima
–          Nuestra Señora de Lourdes
–          Nuestra Señora del Carmen
–          La Virgen de la Medalla Milagrosa
–          Nuestra Señora de Luján
–          Virgen de Guadalupe
–          Virgen del Rosario
–          Nuestra Señora de la Divina Providencia



Las advocaciones son una piadosa costumbre cristiana, pero es necesario conocer el verdadero sentido de ellas evitando las supersticiones y sobre todo, la confusión de significados.


LAS ADVOCACIONES DE LA VIRGEN MARÍA.

Se conoce como advocaciones, a las distintas formas de nombrar o referirnos a la Santísima Virgen. Es común que muchos cristianos, por falta de información o mejor dicho "formación", confundan esos distintos nombres con distintas santas o "virgencitas", como suelen llamarle. La Madre de Jesús es la Virgen María. Y los católicos solemos "apodarla" de distintas maneras, según el lugar dónde se halla instalada la devoción, o según la circunstancia, si es una aparición o se la nombra Patrona, etc.

  De esta manera, encontraremos que llamamos a María como "Nuestra Señora del Rosario", Virgen de Lourdes, Virgen de Fátima, Nuestra Señora de la Paz, Madre de la Eucaristía, La Virgen del Carmen, La Virgen de la Medalla Milagrosa, y cientos de formas más. Pero siempre nos referimos a nuestra Santa Mamá del Cielo. ¿Que niño no ha llamado a su madre de cientos de maneras cariñosas? Es por eso que no debemos confundirla, como si se tratara de distintas personas o distintas santas.

APARICIONES DE LA VIRGEN MARIA

Las apariciones de María empezaron en los años 40 después de Cristo, probablemente antes de que falleciera, ante el Apóstol Santiago en Saragoza, España. Ella se les ha aparecido a otros en intervalos irregulares a través de los dos mil a-os desde el nacimiento de Jesús. Las características de sus apariciones se han mantenido de manera consistente. Ella usualmente en un globo de una Purísima luz blanca, vestida con una túnica larga y la cabeza cubierta con una variedad de colores dependiendo del tipo de mensaje que vaya a dar. Sus pies están usualmente rodeados por una nube o niebla y ocasionalmente se la ve llevando a su hijo en los brazos. Un número de sus apariciones son precedidas por inusuales fenómenos tales como la observación de rayos y truenos en un cielo límpido, las apariciones de seres angelicales o nubes de formas con significancia religiosa tales como una cruz o una puerta abierta así como otros inexplicables eventos.

ENTRE ALGUNAS DE MUCHAS ADVOCACIONES TENEMOS:

MARÍA, LA MADRE DE LA EUCARISTÍA
María, Madre de la EucaristíaPor largo tiempo Nuestra Señora se esta apareciendo en privado a Marisa Rossi en Roma. Ella trae mensajes de Dios para toda la humanidad acerca de la EUCARISTÍA, que es el corazón de la Fe Católica. En Junio de 1993 Ella le pidió en el nombre de Dios, que los mensajes se hicieran públicos y entre los años de 1995 a 2000 han ocurrido muchos MILAGROS EUCARÍSTICOS. Nuestra Señora dice:

YO SOY LA MADRE DE LA EUCARISTÍA;

CONOZCAN LA PALABRA DE JESÚS,

AMEN JESÚS LA EUCARISTÍA.

Desde 1971 Marisa Rossi es asistida por el Obispo Claudio Gatti, quien es su director espiritual. El ha fundado el Movimento Impegno e Testimonianza - Madre dell'Eucaristia, un movimiento de oración para el Triunfo de la Eucaristía.

S.E. MONS. CLAUDIO GATTI RECONOCIÓ EL ORIGEN SOBRENATURAL DE LAS APARICIONES Y DE LOS MILAGROS EUCARÍSTICOS (DECRETO DEL 14/9/2000)

Actualmente las apariciones continúan y nuevos mensajes son siempre entregados.

MARÍA AUXILIADORA
Italia

El título de "María Auxilio de los Cristianos", expresa la mediación de María respecto de la humanidad. Como Madre del Redentor, por fuerza y mérito de la corredención, Ella es la ayuda de la humanidad necesitada de redención; lo es también de cada individuo, porque es la Madre espiritual de todos.
El nombre Auxilio de los Cristianos, señala una especial forma de mediación, aquella que María ejerce en favor de la Santa Iglesia.


Origen de la advocación

Históricamente se comenzó a difundir el titulo de María "Auxilio de los Cristianos", aproximadamente en el año 1558, donde la invocación será mencionada en las letanías que recitaban en el santuario de Loreto (Italia) de allí "Letanías Lauretanas". Estas fueron aprobadas por el Papa Clemente VIII en 1601.
Tres fechas marcan la historia en la divulgación universal del culto a la Santísima Virgen bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.

Lepanto

El 7 de octubre de 1571, durante el pontificado de San Pío V, la flota cristiana, con el Auxilio de María, logra una victoria contra la flota de los turcos. Después de esta victoria, se propaga la invocación de "María, auxilio de los Cristianos" y de los labios de los soldados sobrevivientes de Lepanto, se difunde por toda Europa.

Viena

El 12 de septiembre de 1683, durante el Pontificado de Inocencio XI, bajo el mando del rey de Polonia, Juan Sobieski, con un ejército inferior de fuerzas, confiando en la ayuda de María Auxiliadora, vence al ejército turco.

Roma

El 24 de mayo de 1814, Pío VII, liberado por la intervención de María, de la prisión napoleónica, entra triunfante en Roma, y unos meses después instituyó, la fiesta de "María Auxiliadora".

San Juan Bosco

En 1815 nació en Piamonte (Italia). El estaría predestinado por Dios a difundir, la invocación y devoción a María Auxiliadora. Ella sería su inspiración para la creación de una triple familia religiosa: Los Salesianos, Las Hijas de María Auxiliadora y los Cooperadores Salesianos. Ella sería también, su maestra y su guía en el contenido espiritual de su Obra.
Con los años, la invocación a María, con el título de Auxiliadora se ha extendido por todo el mundo.

NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

Nuestra Señora de FátimaEn 1917, Portugal estaba al borde del totalitarismo después de la revolución de 1910. La revolución había decretado una aguda separación de la Iglesia y el estado, la propiedad de la iglesia había sido confiscada, y se había ordenado la disolución de las congregaciones religiosas.

Las clases pensantes y gobernantes eran anti-religiosas y decisivamente anticlericales. La teoría gobernante estaba basada en que las creencias religiosas tradicionales eran puramente supersticiones y así lo indicaban en los semanarios y diarios que ellos imprimían. Aún las áreas rurales normalmente inmunes a las novedades intelectuales de los centros cosmopolitas fueron afectados por el cierre de las iglesias y una cautelosa advertencia contra cualquier expresión externa de creencias religiosas. A pesar de esto, una sólida fe religiosa tomo raíz en los sencillos campesinos de las partes rurales del país.

En esta atmósfera, una serie de apariciones de la Bendita Virgen ocurrieron ante tres pequeños niños del villorrio rural de Fátima por un período cercano a los seis meses empezando en Mayo de 1917

Las apariciones tomaron raíz en una serie de eventos místicos que empezaron en 1915. Tres pequeños, Lucia dos Santos, de nueve años, y sus dos primos mas jóvenes, Francisco y Jacinta Marto, estaban pastando un rebaño de ovejas en la campiña en las afueras de Fátima cuando Lucia se percató de una nube translúcida que parecía tener una forma humana. Esta se movió a través del cielo y finalmente se posó sobre un soto de pinos.

Un año después, en el verano de 1916, los niños llevaban sus rebaños de ovejas hacia una pradera llamada Couza Velha donde ellos fueron sorprendidos por una súbita tormenta. Guareciéndose en el refugio de una cueva cercana, ellos decidieron comer sus refrigerios y esperar hasta que la lluvia cesara antes de reagrupar sus manadas. Después de completar un breve Rosario, la lluvia paró de repente y, luego de unos momentos de dejar la cueva, ellos fueron recibidos por un fuerte viento que soplaba a través de los pinos.

Cuando ellos voltearon para ver qué cosa podría estar causando dicho viento, ellos vieron nuevamente la nube transluciente que Lucia había visto el año anterior. Esta vez la nube se movió hacia ellos y finalmente se volvió distinguible tomando la forma de un transparente " Joven " de cerca de catorce años de edad. El hombre joven se identificó a los asombrados niños, " No teman. Soy el ángel de la Paz. Rezan conmigo. "Entonces él se arrodillo en la tierra, inclinándose hacia adelante hasta que su frente se apoyó en esta, y rezó: " Mi Dios, Yo creo en ti, Yo te adoro y Yo te amo! Te pido perdón por todos aquellos que no creen, que no te adoran y no te aman! “Él dijo este rezo por tres veces. Cuando se levantó él le dijo a los niños " Recen de esta manera. Los corazones de Jesús y María están atentos a las voces de sus suplicas. “Diciendo esto, él se desvaneció. Los niños estaban rebosantes de gozo y en estado de éxtasis. Ellos repitieron este rezo por un largo tiempo tal como el ángel lo había hecho  sobre sus rodillas.

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

El 11 de febrero de 1858, Bernadette, una niña de catorce años, recogía leña en Massbielle, en las afueras de Lourdes, cuando acercándose a una gruta, una de viento la sorprendió y vio una nube dorada y a una Señora vestida de blanco, con sus pies descalzos cubiertos por dos rosas doradas, que parecían apoyarse sobre las ramas de un rosal, en su cintura tenia una ancha cinta azul, sus manos juntas estaban en posición de oración y llevaba un rosario.

Bernadette al principio se asustó, pero luego comenzó a rezar el rosario que siempre llevaba consigo, al mismo tiempo que la niña, la Señora pasaba las cuentas del suyo entre sus dedos, al finalizar, la Virgen María retrocedió hacia la Gruta y desapareció. Estas apariciones se repitieron 18 veces, hasta el día 16 de julio.

El 18 de febrero en la tercera aparición la Virgen le dijo a Bernadette: "Ven aquí durante quince días seguidos". La niña le prometió hacerlo y la Señora le expresó "Yo te prometo que serás muy feliz, no en este mundo, sino en el otro".

La noticia de las apariciones se corrió por toda la comarca, y muchos acudían a la gruta creyendo en el suceso, otros se burlaban.

En la novena aparición, el 25 de febrero, la Señora mando a Santa Bernadette a beber y lavarse los pies en el agua de una fuente, señalándole el fondo de la gruta. La niña no la encontró, pero obedeció la solicitud de la Virgen, y escarbó en el suelo, produciéndose el primer brote del milagroso manantial de Lourdes.

En las apariciones, la Señora exhortó a la niña a rogar por los pecadores, manifestó el deseo de que en el lugar sea erigida una capilla y mando a Bernadette a besar la tierra, como acto de penitencia para ella y para otros, el pueblo presente en el lugar también la imito y hasta el día de hoy, esta práctica continúa.

El 25 de marzo, a pedido del párroco del lugar, la niña pregunta a la Señora ¿Quien eres?, y ella le responde: "Yo soy la Inmaculada Concepción".

Luego Bernadette fue a contarle al sacerdote, y él quedo asombrado, pues era casi imposible que una jovencita analfabeta pudiese saber sobre el dogma de la Inmaculada Concepción, declarado por el Papa Pío IX en 1854.

En la aparición del día 5 de abril, la niña permanece en éxtasis, sin quemarse por la vela que se consume entre sus manos.

El 16 de julio de 1858, la Virgen María aparece por última vez y se despide de Bernadette.

En el lugar se comenzó a construirse un Santuario, el Papa Pío IX le dio el título de Basílica en 1874. Las apariciones fueron declaradas auténticas el 18 de Enero 1862.

Lourdes es uno de los lugares de mayor peregrinaje en el mundo, millones de personas acuden cada año y muchísimos enfermos han sido sanados en sus aguas milagrosas. La fiesta de Nuestra Señora de Lourdes se celebra el día de su primera aparición, el 11 de febrero.

El Mensaje que la Santísima Virgen dio en Lourdes, Francia, en 1858, puede resumirse en los siguientes puntos:

1-Es un agradecimiento del cielo por la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, que se había declarado cuatro años antes (1854), al mismo tiempo que así se presenta Ella misma como Madre y modelo de pureza para el mundo que está necesitado de esta virtud.

2-Es una exaltación a la virtudes de la pobreza y humildad aceptadas cristianamente, al escoger a Bernardita como instrumento de su mensaje.

3-Un mensaje importantísimo en Lourdes es el de la Cruz. La Santísima Virgen le repite que lo importante es ser feliz en la otra vida, aunque para ello sea preciso aceptar la cruz.

4-Importancia de la oración, del rosario, de la penitencia y humildad (besando el suelo como señal de ello); también, un mensaje de misericordia infinita para los pecadores y del cuidado de los enfermos

NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DEL CÁRMEN

Carmen viene de Carmelo, un monte situado en la población marítima de Haifa en el norte de Israel, en la zona de Galilea. Precisamente, Karmel (Carmen) significa en hebreo "jardín" y en latín "poesía”.

La memoria de Elías se guardó siempre viva de modo particular en el Monte Carmelo, donde se eligió seguir al Dios de Israel. Según el relato, Primer libro de los Reyes, capítulo 18, el sacrificio de Elías, consumado por el fuego que descendió del cielo, mostró al pueblo que Yahvé era el verdadero Dios.

Allí se nos dice que las gentes de aquellas tierras de Haifa adoraban en su amplia mayoría al dios pagano Baal. El profeta Elías, que predicaba los mensajes del Señor, sin recibir demasiadas respuestas de los habitantes, les propuso que organizaran conjuntamente un sacrificio a la ladera del Monte Carmelo, cada uno rogando a su respectivo Dios, para invocar la lluvia, ya que habían estado 3 años de sequía. En primer lugar lo hicieron los partidarios de Baal, sacrificando un novillo en medio de oraciones, pero no obtuvieron respuesta. Inmediatamente Elías y sus pequeños seguidores cogieron otro novillo y al cabo de pocos instantes cayó fuego sobre el altar y sonaron grandes truenos. Elías invitó a uno de sus seguidores para que subiera a la cima de la montaña y desde allí éste le dijo:

"Una nube pequeña como la palma de la mano de un hombre sube del mar"

De pronto, el cielo se oscureció con nubes y viento, y cayó una lluvia abundante. Cabe decir que algunos religiosos carmelitas y escritores del siglo XIV vieron en la mencionada nubecilla la presencia de la Virgen. Esto no deja ser una bella leyenda devocional sin fundamento, ya que faltaban unos 900 años para que María naciera.

Elías estuvo disponible para la obra de Dios y enviado a proclamar su palabra. Emprendió un largo viaje por el desierto, un viaje que lo dejó exánime. Se cobijó bajo un árbol y pidió la muerte. Pero Dios no permitió su muerte, sino que lo impulsó a continuar su viaje hasta el monte Horeb. Cuando llegó, Dios se mostró a Elías, no en los consabidos signos del antiguo testamento: fuego, terremoto o del fuerte viento, sino en una ligera brisa. Elías fue enviado nuevamente a su pueblo para continuar cumpliendo la voluntad de Dios.

El Carmelo era sin duda, el monte donde numerosos profetas rindieron culto a Dios. Los principales fueron Elías y su discípulo Eliseo, pero existían también diferentes personas que se retiraban en las cuevas de la montaña para seguir una vida eremítica. Esta forma de oración, de penitencia y de austeridad fue continuada siglos más tarde, concretamente en el III y IV, por hombres cristianos que siguieron el modelo de Jesucristo y que de alguna forma tuvieron al mismo Elías como patrón situándose en el valle llamado Wadi-es-Siah.

A mediados del siglo XII, un grupo de devotos de Tierra Santa procedentes de Occidente -algunos creen que venían de Italia-, decidieron instalarse en el mismo valle que sus antecesores y escogieron como patrona a la Virgen María. Allí construyeron la primera iglesia dedicada a Santa María del Monte Carmelo. Desde su monasterio no quisieron crear una nueva forma de culto mariano, ni tampoco, el título de la advocación, respondía a una imagen en especial. Quisieron vivir bajo los aspectos marianos que salían reflejados en los textos evangélicos: maternidad divina, virginidad, inmaculada concepción y anunciación. Estos devotos que decidieron vivir en comunidad bajo la oración y la pobreza, fueron la cuna de la Orden de los Carmelitas, y su devoción a la Virgen permitió que naciera una nueva advocación: Nuestra Señora del Carmen.

En la Edad Media se creía que María significaba "estrella del mar", en latín "stella maris". Desde aquella época, muchos carmelitas han aclamado a María como la "Flor del Carmelo" y la "Estrella del Mar". Lo hizo el mismo Simón Stock con esta plegaria que se le atribuye:

"Flor del Carmelo Viña florida, esplendor del cielo, Virgen fecunda, singular. ¡Oh Madre tierna, intacta de hombre, a todos tus hijos proteja tu nombre, Estrella del Mar!.

El nombre de "Stella Maris" se ha dado también a todos los centros del Apostolado del Mar de la Iglesia Católica que están ubicados en los puertos. En el siglo XVIII, cuando ya era muy popular la fiesta de la Virgen del Carmen en España, el almirante mallorquín Antonio Barceló Pont de la Terra, nacido en 1716 y fallecido en 1797, impulsó su celebración entre la marinería que él dirigía. Fue a partir de entonces cuando la marina española fue sustituyendo el patrocinio de San Telmo por el de la Virgen del Carmen.

En Cataluña, antiguamente, las chicas rogaban con una pequeña oración a Nuestra Señora del Carmen para que les encontrara esposo rápidamente, daba igual su estatus económico, rico o pobre: "Mare de Déu del Carme, doneu-me un bon marit, sia pobre, sia ric, mentre vingui de seguit". También le tenían como patrona los ya desaparecidos serenos (policía nocturna) de Barcelona.

NUESTRA SEÑORA DE LORETO

Nuestra Señora de LoretoEsta advocación mariana se originó en una tradición del siglo XIII, que nos cuenta que la Santa Casa donde nació la Virgen María, en donde recibió el Anuncio de la Encarnación del Hijo de Dios y en donde vivió con Jesús y San José, fue trasladada en el año 1291 desde Nazaret a Tarseto (en Dalmacia, Croacia), para ser protegida y resguardada de todo peligro, porque Palestina había sido invadida por los Mamelucos. (En el año 1191 Los Cruzados, conquistaron la ciudad de Acre (Akka), renombrandola San Juan de Acre, desde allí gobernaron Palestina hasta 1291).

El traslado de la Santa Casa

Los Ángeles llevaron la Casa cruzando el Mediterráneo y el Mar Adriático y la depositaron en Dalmacia. Los pobladores al verla no se explicaban como había llegado allí, pero supieron que era la Santa Casa cuando la Virgen se apareció a un sacerdote que se encontraba muy enfermo y le contó que esa era la Santa Casa de Nazareth. El sacerdote se sanó inmediatamente y contó la historia a todo el pueblo. Dentro de la Casa había un altar y en él una estatuilla de cedro de la Virgen María, que tenía al Niño Jesús.

Tres años más tarde el 10 de diciembre de 1294, la Santa Casa fue nuevamente trasladada a la ribera opuesta del Adriático, a Italia. Entre un bosque de Laureles, de allí el nombre de Loreto (del latín Lauretum: lugar poblado de laureles).

Todos los habitantes del lugar fueron a ver la Casa y se postraronLa Santa Casa ante la imagen de madera de la Virgen María y el Niño, pero otros llegaban para asaltar a los peregrinos, y por ese motivo tras ocho meses, la Casa dejó el bosque y fue situada por los Angeles en una colina propiedad de los Condes Stéfano y Simeón Raineldi, pero ellos discutieron sobre quien era el dueño de la casa y nuevamente fue trasladada a un monte de piedras cercano a la vía principal que llevaba a Recanati, en ese lugar a permanecido hasta el presente.

El Santuario de la Virgen de Loreto se levantó en el siglo XIV. En su interior se encuentra la Santa Casa. Desde entonces Loreto se ha convertido en un extraordinario centro de peregrinación. Los muros de la Basílica con los años se fueron llenando de títulos y advocaciones a la Virgen, ellos dieron lugar a las "Letanías Lauretanas", que comenzaron a rezarse por primera vez allí y que fueron aprobadas por el Papa Clemente VIII en 1601.

La imagen de Nuestra Sra. de Loreto, se encuentra en el interior de la Casa, tiene una la túnica tradicional decorativa. El color oscuro de la imagen representa a la estatua original de madera, que con los siglos se oscureció con el hollín de las lámparas del aceite que se usaba en la capilla. En 1921 se destruyó la estatua original en un incendio, y otra similar fue colocada en el lugar.

Nuestra Señora de Loreto es la Patrona de la Aviación, su festividad se celebra el 10 de Diciembre.

Loreto fue visitado por varios Santos, y por los Papas S. S. Juan XXIII, y S. S. Juan Pablo II.

Mamelucos: Eran originalmente los soldados de la guardia personal de los sultanes de la dinastía de los Ayyubies, de origen kurdo, que fue fundada por Saladino. Esta dinastía gobernó Egipto, Mesopotamia, Siria y Yemen desde 1171 hasta 1250. Luego los Mamelucos permanecieron en Egipto, y en 1517 fueron incorporados al Imperio Otomano.

LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA

Nuestra Señora de la Medalla MilagrosaEl 27 de noviembre de 1830.    La Virgen Santísima se apareció a Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina, y se le apareció de esta manera. La Virgen venía vestida de blanco. Junto a Ella había un globo luciente sobre el cual estaba la cruz- Nuestra Señora abrió sus manos y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia la tierra. María Santísima dijo entonces a Sor Catalina:       
                                                         
"Este globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan".

 La Medalla MilagrosaEntonces alrededor de la cabeza de la Virgen se formó un círculo o aureola con estas palabras: "OH María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a tí".      

Y una voz dijo a Catalina: "Hay que hacer una Medalla semejante a esta que estás viendo.  

Todas las personas que la lleven, sentirán la protección de la Virgen", y apareció una M sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María.      Es lo que hoy está en la Medalla Milagrosa.     

El Arzobispo permitió fabricar la medalla tal cual había aparecido en la visión, y al poco tiempo empezaron los milagros.

NUESTRA SEÑORA DE AKITA
JAPÓN
"FÁTIMA DE ORIENTE"
1973-1975

La Virgen nos da urgentes mensajes
Aprobación del obispo para veneración: 1988
Nuestra Señora de AkitaLa Virgen nos implora con urgencia que retornemos a Su Hijo. Si no hay conversión el pecado conducirá al gran castigo.

Historia de Akita y aprobación eclesiástica.

El 12 de Junio de 1973 la hermana Agnes Sasagawa oraba en su convento en Akita, Japón cuando observó rayos brillantes que emanaban del tabernáculo. El mismo milagro se repitió los próximos dos días.

El 28 de Junio, una llaga en forma de cruz apareció en la palma de la mano izquierda de Sor Agnes. Sangraba profusamente y le causaba gran dolor.

El 6 de julio, mientras rezaba, Sor Agnes escuchó una voz procedente de la estatua de la Virgen María que está en la capilla. Era el primer mensaje.

El mismo día, algunas hermanas descubrieron gotas de sangre que fluían de la mano derecha de la estatua. Este flujo de sangre se repitió cuatro veces.  La llaga en la mano de la estatua permaneció hasta el 29 de septiembre.  Pero ese mismo día, la estatua comenzó a "sudar", especialmente por la frente y el cuello.

El 3 de agosto de 1973, Sor Agnes recibió un segundo mensaje y el 13 de octubre del mismo año, el tercero y último.

El 4 de enero de 1975, la estatua de la Virgen comenzó a llorar y continuó llorando en diferentes ocasiones por 6 años y 8 meses. La última vez fue el 15 de septiembre de 1981, fiesta de Nuestra Señora Dolorosa. Fueron un total de 101 lacrimaciones.

La hermana vidente se llama "Agnes" que significa cordero. Fue sanada de sordera, lo cual se verificó no tener explicación médica.  Este milagro fue una señal de la autenticidad de las visitas de la Virgen.

Aprobación eclesiástica de las lágrimas de la estatua y los mensajes.

El 22 de abril de 1984, después de ocho años de investigación y habiendo consultado con la Santa Sede, los mensajes de Nuestra Señora de Akita fueron aprobados por el obispo de la diócesis de Niigata, Japón, Monseñor John Shojiro Ito. El declaró que los eventos de Akita son de origen sobrenatural y autorizó en toda la diócesis la veneración de la Santa Madre de Akita.  En la villa japonesa de Akita, una estatua de la Madonna ha derramado sangre, sudor y lágrimas, según el testimonio de mas de 500 Cristianos y no cristianos, incluyendo el alcalde budista del pueblo. Una monja, Agnes Katsuko Sasagawa ha recibido las estigmas y mensajes de Nuestra Señora.

En junio de 1988, Joseph Cardinal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la  Doctrina de la Fe, impartió el juicio definitivo sobre los eventos y mensajes de Akita, juzgándolos confiables y dignos de fe. El cardenal observó que Akita es una continuación de los mensajes de Fátima.